-Yo estaba seguro de que ese árbol estaba muerto al ver que había perdido todas las hojas. No pensé que como era invierno y hacía tanto frío, las ramas se debieron quebrar y caer como si al viejo tronco no le quedara ni una pizca de vida. Ahora me doy cuenta de que no era así.
Y volviéndose hacia mí me aconsejó:
-Nunca olvides esta lección. Jamás cortes un árbol en invierno. Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes decisiones importantes cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Se paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá.
La espera de las decisiones, nada es permanente ni lo malo ni lo bueno, por lo que recordarnos este misterio de la vida, nos hace saber llevar lo adverso,tanto como disfrutar con los pies en la tierra de lo bueno.
ResponderEliminarHistorias como esta para la reflexión, conciencia del alma y el sentimiento son siempre un regalo...:)