A los educadores sociales nos hace falta el instinto maternal para formar personas, con un desarrollo lo más completo y armónico posible y además insertarlas en su entorno, en el contexto social y cultural en el que se desenvuelven sus vidas. No sólo en la edad infantil, como indicaba Durkheim, sino que es un proceso que durará toda la vida.
Las Transformaciones económicas y sociales de la Edad Moderna fueron planteando diversos proyectos de atención social y se crearon diferentes tipos de instituciones de acogimiento y reclusión, esto me recuerda al parque donde metía a mi hijo, aquella jaula enorme donde la impotencia de estar apartado del mundo le hacía llorar de tal modo, que al poco tiempo decidí prescindir de dicho artilugio, por no ser una fuente de tranquilidad sino más bien de sufrimiento. No obstante, lo más importante en esta etapa fue el inicio de un proceso de colectivización de la acción social, mediante el cual llegaron a desarrollarse medidas colectivas de asistencia.
Con la caída del Antiguo Régimen se instauró un modelo social, económico y político muy diferente al anterior, donde la Revolución Francesa fue el punto de inflexión que provocaría la aparición de regímenes políticos liberales y la Revolución Industrial vino acompañada del Capitalismo.
Los avances científicos en la producción agrícola permitieron la acumulación de capital, favoreciendo así el surgimiento de los bancos que invertían en aquella industria naciente. Estos avances en la ciencia también produjeron una mejora en las condiciones higiénicas y sanitarias lo que favoreció el crecimiento demográfico y el descenso de la mortalidad.
La educación se empezó a considerar un problema de Estado, aunque el reparto de bienes educativos era desigual, pues la sociedad de clases marcaba que los marginados estuvieran excluidos del mismo, y como consecuencia se emprendieron diferentes iniciativas para dar acceso a la cultura a este colectivo, abriendo de este modo un nuevo ámbito a la Educación Social.
Y como no, cuando el reparto de la riqueza se hace de forma desigual surgen los conflictos sociales, siendo uno de los más significativos, el movimiento socialista y fue entonces, cuando el Estado tomo conciencia de su deber de intervenir en materia social asegurando nuevos derechos individuales y sociales. Era mamá Estado la que velaba por que la escolarización fuera obligatoria y protegía a la infancia, corregía a sus hijos desviados y a los "anormales" y se empezaron a preparar a los primeros profesionales.
Tras la II Guerra Mundial comienza la construcción del Estado del Bienestar y junto al Estado colaboran empresarios y trabajadores para la reconstrucción posbélica.
Se inicia un nuevo proceso de urbanización caracterizado por situar a los marginados en la periferia de las ciudades, lo cuál provocará un mayor sentimiento de desarraigo y para paliarlo surgen otros nuevos ámbitos de la Educación Social, como eran la Integración Educativa de la Población Marginada, la Prevención de la Drogodependencia y la Asistencia Socioeducativa, entre otros.
Las condiciones laborales también se mejoran, la reducción de la jornada laboral culminaría en el aumento del tiempo de ocio y surgiría así otro ámbito más, la Pedagogía del Ocio.
También se desarrollará la "Cultura de Masas" y de su mano aparece la Animación sociocultural.
La escuela tradicional no recibía el apoyo de todos, por lo que comenzó la expansión de la Educación No Formal como modo de fomentar la Educación Permanente.
Son los cambios de la sociedad los que crean nuevas necesidades y es la Educación Social como cualquier madre, la que cuida de sus hijos pero, basta ya de tanta protección, basta ya de tiritas, por qué esperar a que se caigan para curar, por qué no adelantarnos a los problemas, por qué no ser una madre de hoy en día, una que enseñe a asumir las responsabilidades de sus actos, una que ayude a conocer el problema y sus consecuencias antes de que se haya producido. Pero, para eso necesitamos educar y además de llenar sus mentes con miles de conceptos, hemos de aprender a enseñar habilidades que les hagan ser sujetos activos de su propia transformación.
Y como madres nos equivocaremos y aprenderemos con ellos pero es que esto, forma parte de nuestro nuevo rol y a cada nueva necesidad hemos de ser más creativas para entre todas, como madres y padres, encontrar la respuesta y esto ha sido así, desde los orígenes de esta ciencia social y ahora además, es necesario poner en práctica el principio de prevención de la Declaración Europea de Bergen sobre Medio Ambiente y emprender acciones para cambiar el sistema sino queremos acabar contagiados.
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