Nos hicieron los trajes de comunión a medida, pero cuando estuvieron sobre la cama no sabíamos a quién pertenecía cada uno. Eran idénticos, y a pesar de que yo estaba más rellenita, no había uno más grande que otro.
En la celebración a mi prima se le derramó un refresco sobre su inmaculado vestido, fuimos juntas al baño e intentamos limpiarlo.
Mientras le echaba agua ella dijo: -Ali, me acabo de dar cuenta de que éste es tu vestido.
En ese momento me sentí muy mal, yo era muy cuidadosa y el mío seguía impecable, no obstante ella pretendía cambiármelo.
No sé de dónde saque fuerzas para decirle: - No, estoy segura de que éste es el mío.
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ResponderEliminarVaya, ya eras muy espabilada de pequeña!
ResponderEliminarMuy lista, sí señor!! :)
Besito
PD. Yo no hice la primera comunión.
El libro se titula "Desarrolla tu Inteligencia Emocional" editorial Kairos Pablo Fernández Berrocal y Natalia Ramos Díaz.
ResponderEliminarMariola, me bautice dos semanas antes de hacer la comunión porque el tema de la fiesta reconozco que fue mi punto débil.
ResponderEliminarEsta historia sí que me ha sorprendido, por la reacción que tuvistes en ese momento. Pero bueno, y sí hubiese pasado al contrario? Que se hubiera manchado el vestido que tú llevabas puesto, te lo hubiera cambiado tu prima?
ResponderEliminarMe ha encantado estas tres historias tuyas, he descubierto facetas tuyas que no conocía.
Así me gusta.. Ese vestido fue tuyo en el momento en el que te lo pusiste, lo cuidaste, lo sentistes como piel de princesa que era parte de ti... Si no estas al quite, la espabilada de tu prima te la juega jajajajaja
ResponderEliminarAhí, hay que estar viva para cuidar lo de una
(una cosa es ser buena y otra dejar que te pisen) aprendiste rápido a nadar en la marea, así me gusta...
Cris ya me conoces soy una superviviente y éste es el primer recuerdo que tengo de ello.
ResponderEliminarGracias por leerme y por tantas otras cosas...